Hace 15 años, conseguimos un gran paso en la reforma del Estatuto de Autonomía para Andalucía. Por el principio rector de las políticas públicas sobre el uso de la lengua de signos para las personas sordas (art. 37.1.6º) se nos iguala en dignidad y nos hace más fuertes como sociedad.
Garantizar el uso y aprendizaje de la lengua de signos, la accesibilidad universal y la no discriminación, es garantizar la plena autonomía e inclusión, respetando las preferencias y libertad de elección de las personas sordas.